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Irak: la atroz violencia causa el desplazamiento de miles de personas

Desde que comenzaron las hostilidades en la región de Al-Anbar, en diciembre de 2013, la situación humanitaria en el oeste y norte de Irak presenta un grave deterioro, sobre todo para las personas desplazadas. En particular, las minorías han sufrido nuevos desplazamientos en Nínive, especialmente en Sinjar, y decenas de miles de personas se han refugiado en las ciudades de Dohuk, Khanik y Sharia.

Se comienzan a oír historias aterradoras de malos tratos, muerte y miedo. Miles de personas huyeron para salvar la vida, buscando protección en los montes Sinjar, donde permanecieron por más de una semana sin alimentos y con poca agua. La única forma en que podían alcanzar la seguridad era atravesar Siria y llegar a la región iraquí de Kurdistán. Muchas personas fueron acogidas por familiares y amigos, mientras que otras se refugiaron en escuelas, templos, otros lugares públicos, edificios en construcción e incluso debajo de los puentes. Éstas son algunas de sus conmovedoras historias.

Todas las fotos: CC BY-NC-ND/CICR/Saleh Dabbakeh

 

 

El hogar de esta familia desplazada es ahora un depósito a medio construir, en la ciudad de Khanik. Con tantas familias que llegan al lugar, los últimos en arribar sólo pudieron refugiarse bajo unos toldos armados contra paredes sin terminar. Usaron barras de hierro para instalar un techo provisional para escapar del ardiente sol y de las temperaturas diurnas, que superan los 50 grados centígrados. Muchas de las familias que salieron de los montes Sinjar dicen que cruzaron a Siria con ayuda de combatientes sirios y kurdos turcos, antes de alcanzar la seguridad del Kurdistán iraquí y luego la ciudad de Khanik.

 

Esta familia halló refugio en un depósito donde el CICR distribuye socorros a las personas desplazadas. Esta foto muestra todos sus bienes: al huir de los enfrentamientos en su aldea, perdieron todas sus pertenencias. Por ahora, éste es su hogar: sin habitaciones, sin puertas, sin baños; nada más que una cuna para el bebé. Sus ojos cansados reflejan la tristeza, la pérdida y la incertidumbre que sufren.

 

 

Debido a los enfrentamientos en sus ciudades y aldeas, cientos de miles de desplazados de diferentes religiones y etnias huyeron a lugares más seguros, alojándose en escuelas, edificios públicos, obras en construcción e incluso en parques públicos de la ciudad de Dohuk y otras localidades en la región del Kurdistán iraquí. Estas familias yazidi sólo pudieron refugiarse bajo el puente de una autopista, cerca de Dohuk.

 

 

Esta mujer y sus familiares huyeron de su aldea en el distrito de Sinjar a los montes Sinjar, donde permanecieron por ocho angustiosos días. "Tras salir de los montes, llegamos a Dohuk a través de Siria, con la ayuda de los combatientes sirios y kurdos turcos", dijo. Finalmente, encontraron refugio y seguridad bajo un puente. La comunidad local les brindó alimentos, bebidas y otros socorros. Una de sus hijas perdió a su esposo y cuatro hijos en el caos.

 

"Escapamos de la ciudad de Sinjar a los montes en nuestro automóvil", dijo el hijo de la mujer. "A mitad de camino, el auto se averió. Mi padre, de 70 años, nos dijo que siguiéramos a pie hacia los montes. Él se quedó en el auto con tres de los niños. Uno de los niños sólo tiene tres años. Más tarde, otro grupo de personas que también se refugió en la montaña nos dijo que nuestro padre y los tres niños fueron secuestrados por un grupo armado".

 

 

Los trabajadores de una comunidad desplazada descargan paquetes de mantas, que forman parte de los artículos esenciales que el CICR distribuye, a través de los dirigentes comunitarios, a las personas desplazadas que se han refugiado en escuelas y otros lugares públicos o que han sido acogidas por familias en la ciudad de Khanik. El salario de los trabajadores se paga a través de un programa "dinero por trabajo" del CICR, que ayuda a los desplazados a satisfacer sus necesidades diarias. Al huir de las zonas de conflicto, muchos desplazados no pudieron llevar consigo sus pertenencias. El CICR proporciona alimentos y socorros como carpas, mantas, productos para la higiene personal, lonas impermeables, utensilios de cocina y otros artículos esenciales, ayudando a los desplazados a conservar su dignidad en estos momentos tan difíciles de sus vidas.

 

La ciudad de Khanik, de 60.000 habitantes, ha recibido a casi 90.000 desplazados, en su mayoría yazidis procedentes del distrito de Sinjar. En coordinación con las autoridades de la ciudad y los dirigentes comunitarios, el CICR comenzó a distribuir alimentos y otros socorros básicos a miles de personas el 12 de agosto de 2014. Al día siguiente, comenzaron a llegar los camiones cisterna con agua potable, que cumplen un servicio diario en beneficio de unas 65.000 personas. En esta foto, los camiones que transportan alimentos y otros socorros llegan a un depósito recién construido pero sin terminar, hoy refugio de muchas familias.

 

 Mientras llegan los camiones que traen los suministros, los desplazados observan y esperan, sabiendo que pronto recibirán ayuda. Muchos de ellos compartieron la historia de su angustiosa huida a la relativa seguridad de los montes Sinjar.