Derecho internacional humanitario y política sobre

Personas protegidas

El derecho internacional humanitario protege a una amplia variedad de personas y bienes durante los conflictos armados. Los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales protegen a los enfermos, heridos y náufragos que no participan en las hostilidades, a los prisioneros de guerra y otros detenidos, a las personas civiles y a los bienes de carácter civil.

Personas protegidas por el DIH

El derecho internacional humanitario (DIH) protege a diversas categorías de personas y entidades en tiempo de conflicto armado; los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales son fundamentales para ello. Estos marcos jurídicos amplían la protección a los enfermos y heridos, los prisioneros de guerra, las personas civiles y los bienes de carácter civil.

Los Convenios de Ginebra tienen su origen en las experiencias de Henry Dunant durante la batalla de Solferino en 1859. Su llamamiento en favor de un tratado internacional condujo a la adopción del Convenio de Ginebra original en 1864. Los principios que establece constituyen la base del DIH moderno y se centran en la protección de las personas y los bienes.

El Convenio de 1864 priorizaba el cuidado de los enfermos y heridos en el campo de batalla, procurando la seguridad del personal médico y el uso del emblema de la cruz roja para identificarlos y protegerlos. Estos principios también se aplicaban a los equipos médicos no utilizados con fines militares.

En el periodo de entreguerras se adoptó otro convenio para los prisioneros de guerra, que establecía normas para su trato humano. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) obtuvo un cometido único, que le permitía evaluar la condición de los detenidos y formular recomendaciones.

Los Convenios de Ginebra de 1949 ampliaron la protección de las personas civiles, en particular como respuesta al sufrimiento que atravesaron durante la Segunda Guerra Mundial, y se complementaron con los Protocolos adicionales en 1977. Estos instrumentos jurídicos prohíben los ataques contra personas civiles y bienes indispensables para su supervivencia, y exigen que se tomen precauciones a fin de evitar víctimas civiles.

El DIH es específico en cuanto a la protección que debe darse a determinados grupos de personas civiles, como las mujeres y los niños. La labor del CICR está dirigida a aclarar las ambigüedades en torno a la distinción de los civiles pacíficos y los combatientes, y promueve el cumplimiento de las normas.

Además, el DIH protege a los refugiados, a los desplazados internos y a las personas desaparecidas en situaciones de conflicto armado. Los trabajadores humanitarios, como el personal del CICR y de la Cruz Roja y la Media Luna Roja tienen el beneficio de los emblemas protectores reconocidos por los Convenios de Ginebra.