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La protección de la población civil en zonas sitiadas: qué dispone el derecho

En la historia de la guerra, abundan los ejemplos del asedio o sitio usado como método de guerra. Algunos sitios son tristemente célebres por el excesivo número de muertos. Los conflictos contemporáneos han hecho que la comunidad internacional volviera a poner la mirada en los sitios y otras tácticas de cercado. Los sitios suelen tener consecuencias graves para un gran número de civiles.

¿Qué es un sitio?

En el DIH, no hay definiciones de "sitio" ni de "cercado". Un sitio puede definirse como una táctica para cercar a las fuerzas armadas del enemigo, a fin de impedir sus movimientos u obstaculizar el paso de ayuda y suministros.

El fin último de un sitio suele ser obligar al enemigo a rendirse, aunque en los conflictos contemporáneos, las fuerzas asediantes, por lo general, tratan de capturar la zona sitiada por medio de las hostilidades. Los sitios y otras formas de cercado también pueden formar parte de un plan operacional más amplio; por ejemplo, pueden emplearse para aislar a grupos de fuerzas enemigas que quedan rezagadas durante una invasión.

En épocas recientes, los sitios han estado acompañados de bombardeos y, a veces, de intensos combates entre las fuerzas sitiadas y las fuerzas asediantes, lo que genera un peligro constante para los civiles atrapados en la zona. El suministro de energía eléctrica insuficiente o inexistente y la degradación de los servicios públicos son característicos de las zonas sitiadas, en particular, el colapso de hospitales y servicios médicos, así como de la infraestructura de tratamiento del agua y de saneamiento. La escasez de alimentos y agua obliga a las familias a tomar decisiones difíciles. Factores como la edad, los roles de género o la discapacidad pueden aumentar la dificultad para acceder a los escasos recursos disponibles. Las consecuencias son el hambre, la desnutrición, la deshidratación, las enfermedades, las lesiones y la muerte.

¿Los sitios están prohibidos en el DIH?

Los sitios sólo son lícitos cuando están dirigidos exclusivamente contra las fuerzas armadas enemigas.

Lamentablemente, durante el sitio de ciudades u otras zonas pobladas, los civiles suelen quedar atrapados y estar sometidos a sufrimientos atroces. El DIH confiere una protección vital a esos civiles imponiendo límites a lo que pueden hacer las partes durante un sitio. Es imperativo permitir que los civiles abandonen una zona sitiada, cuando esto es necesario para evitar que sufran los efectos de las operaciones militares o cuando escasean los bienes esenciales para su supervivencia, incluso cuando en un sitio se pretende hacerles padecer hambre como método de guerra.

¿La parte asediante está obligada a permitir que los civiles abandonen una zona sitiada?

Sí. Las personas civiles no pueden quedar atrapadas en una zona sitiada, y las partes en conflicto deben permitirles que la abandonen.

Los Convenios de Ginebra contienen disposiciones fundamentales, aunque limitadas, sobre la evacuación (incluso por mar) de categorías específicas de personas vulnerables, incluidos los heridos y los enfermos, así como determinados civiles, por ejemplo, las personas con discapacidad, los ancianos, los niños y las mujeres embarazadas.

En términos más amplios, en la actualidad, la parte asediante no puede obligar a las personas civiles a permanecer contra su voluntad en una zona sitiada.

Durante un sitio, se aplican las normas del DIH sobre la conducción de las hostilidades, en particular, los principios y las normas de distinción, proporcionalidad y precaución. La aplicación de varias normas derivadas del principio de precaución también exige que ambas partes permitan a las personas civiles abandonar la zona sitiada para escapar de las hostilidades siempre que sea posible. En particular, se debe procurar constantemente resguardar a las personas civiles en todas las operaciones militares y se deben tomar todas las precauciones factibles, en especial, en la elección de los métodos y medios de guerra, para impedir o reducir a un mínimo las pérdidas incidentales de vidas civiles, las lesiones a civiles y los daños a bienes de carácter civil. En una zona sitiada donde tienen lugar hostilidades, y en vista del riesgo que entraña un sitio para las personas civiles, una medida de precaución evidente es evacuarlas o, al menos, permitirles que abandonen la zona. Las partes también deben dar aviso con la debida antelación de cualquier ataque que pueda afectar a la población civil, precisamente con el propósito de permitir que los civiles tomen medidas para protegerse.

Disparar o atacar de cualquier forma a los civiles que abandonan una zona sitiada equivaldría a un ataque directo a los civiles y está totalmente prohibido.

¿La parte asediante puede hacer padecer hambre a las personas que se encuentran en una zona sitiada como método de guerra?

El DIH prohíbe hacer padecer hambre a las personas civiles como método de guerra. La parte asediante no puede privar a las personas civiles de los insumos esenciales para su supervivencia (por ej., alimentos, agua e insumos médicos) en una zona sitiada como medio lícito para someter al enemigo.

En consecuencia, está prohibido sitiar una zona con el objetivo de hacer padecer hambre a la población civil, y la parte asediante que pretende hacer padecer hambre a las personas civiles como método de guerra contra las fuerzas enemigas debe asegurarse de que sus efectos recaigan exclusivamente en las fuerzas enemigas. Hacer padecer hambre como método de guerra privando también, sin distinción, a las personas civiles de los insumos esenciales para su supervivencia no puede justificarse afirmando que el objetivo es hacer padecer hambre sólo a las fuerzas enemigas. Cuando las personas civiles quedan atrapadas en una zona sitiada, la parte asediante debe permitirles abandonar la zona, porque la experiencia muestra que, en la práctica, esas personas civiles también sufrirán las privaciones causadas por el sitio y es de esperar que sus necesidades básicas queden insatisfechas. No obstante, si las personas civiles permanecen en la zona sitiada, la parte asediante debe cumplir las normas del DIH sobre las actividades de socorro humanitario destinadas a los civiles.

¿La parte sitiada también tiene obligaciones?

Sí. La parte de la zona sitiada también tiene obligaciones. Debe tomar todas las precauciones viables para proteger a la población civil que está bajo su control de los efectos de los ataques. Por ejemplo, debe dejar que los civiles abandonen la zona o alejarlos de los objetivos militares evacuándolos de la zona sitiada donde tienen, o se prevé que tengan, lugar las hostilidades.

La parte sitiada podría verse tentada a impedir que la población civil abandonara la zona, porque si no hubiera civiles, sería más fácil para las fuerzas asediantes lograr que las fuerzas sitiadas padecieran hambre o contar con más margen al atacar objetivos militares en la zona sitiada. Sin embargo, el DIH prohíbe categóricamente usar a los civiles para proteger determinadas zonas contra las operaciones militares, por ejemplo, al tratar de impedir operaciones militares de las fuerzas asediantes. Usar a los civiles de ese modo equivaldría a usarlos como escudos humanos.

La parte de la zona sitiada que no está en condiciones de proporcionar los insumos esenciales para la supervivencia de la población civil que está bajo su control debe dar su consentimiento a las operaciones de socorro humanitario destinadas a los civiles (v. también más abajo: ¿Cuáles son las normas adicionales del DIH que garantizan la supervivencia de la población civil de una zona sitiada y cuáles son las normas sobre socorro humanitario?).

¿Puede usarse un sitio para obligar a los civiles a abandonar una zona en particular?

No. Si bien las evacuaciones temporarias pueden ser necesarias, e incluso, una exigencia jurídica, los sitios no deben usarse para obligar a los civiles a abandonar definitivamente una zona en particular.

Los civiles pueden abandonar una zona sitiada o cercada o ser evacuados por propia voluntad; bajo cumplimiento de condiciones muy estrictas, también pueden ser evacuados contra su voluntad por una parte en el conflicto. La cuestión de la evacuación forzada de una zona sitiada ha generado planteos respecto del desplazamiento forzado. El DIH prohíbe los desplazamientos forzados, salvo por cuestiones de seguridad de las personas civiles o por razones de imperiosa necesidad militar.

Para garantizar que un desplazamiento no es forzado ni ilícito, éste debe ser temporario y no extenderse más allá de lo que exigen la seguridad de los civiles concernidos o las razones de imperiosa necesidad militar. Las personas desplazadas, sea que hayan huido o hayan sido evacuadas, tienen derecho a regresar a sus hogares o a su lugar de residencia habitual por propia voluntad tan pronto como las condiciones que han dado origen a su desplazamiento dejen de existir. Por ejemplo, los civiles desplazados por razones de seguridad debido a que en una zona sitiada tienen lugar hostilidades deben ser trasladados a sus hogares tan pronto como cesen las hostilidades en la zona en cuestión.

Los actos prohibidos de desplazamiento forzado pueden incluir los causados por actos ilícitos para el DIH cometidos por las partes en conflicto para obligar a los civiles a abandonar una zona, incluso mediante la conducción de hostilidades ilícitas. Debido a que las hostilidades que tienen lugar en una zona sitiada entrañan un alto riesgo de que se produzcan víctimas civiles incidentales, la seguridad de los civiles concernidos puede requerir, sin embargo, que las partes permitan que los civiles abandonen la zona en cuestión.

¿El DIH protege a los civiles que abandonan o son evacuados de una zona sitiada?

En todas las circunstancias, el DIH establece importantes protecciones para los civiles que abandonan o son evacuados de una zona sitiada.

Desde un punto de vista práctico, las evacuaciones seguras están mejor organizadas cuando las partes en conflicto se ponen de acuerdo en los procedimientos necesarios. En ausencia de esos acuerdos, las partes están obligadas a tomar todas las precauciones factibles para evitar causar daños incidentales a los civiles que abandonan una zona durante las hostilidades.

En caso de desplazamiento, independientemente de si los civiles huyen o son evacuados de una zona sitiada, deben tomarse todas las medidas posibles para garantizar que los civiles en cuestión sean recibidos en condiciones satisfactorias de alojamiento, higiene, salud, nutrición y seguridad (incluso la referida a la violencia sexual y de género), y que no se separen los miembros de una misma familia.

La parte asediante puede decidir revisar a las personas desplazadas por razones de seguridad, por ejemplo, para saber si miembros de las fuerzas sitiadas dejan la zona entremezclados con los civiles. Los controles de las personas desplazadas y otras medidas de seguridad adoptadas por la parte asediante deben ejecutarse respetando plenamente el DIH y el derecho de los derechos humanos, en particular, en lo que respecta al trato humano, las condiciones de vida y las salvaguardias procesales pertinentes en casos de detención, y la prohibición de los castigos colectivos.

¿El DIH protege a las personas civiles que permanecen en una zona sitiada o cercada?

Las personas civiles que permanecen en una zona sitiada continúan gozando de la protección que se confiere a los civiles, salvo si participan directamente en las hostilidades y mientras dure dicha participación. El mero hecho de permanecer en una zona sitiada –ya sea por propia voluntad, por la fuerza o porque las personas en cuestión son utilizadas como escudos humanos– no equivale a participar directamente en las hostilidades. Análogamente, la presencia de combatientes pertenecientes a la zona sitiada entre la población civil no hace que los civiles pierdan su protección contra los ataques. Por consiguiente, las fuerzas sitiadas y las asediantes siguen estando obligadas por todas las normas que protegen a los civiles contra los efectos de las hostilidades.

Por su parte, las normas del DIH relativas a hacer padecer hambre y a las operaciones de socorro tienen, en conjunto, el propósito de garantizar que los civiles no queden privados de los insumos necesarios para su supervivencia.

¿Cuáles son las normas adicionales del DIH que garantizan la supervivencia de la población civil de una zona sitiada y cuáles son las normas sobre socorro humanitario?

En primer lugar, además de la prohibición de hacer padecer hambre a la población civil como método de guerra, el DIH prohíbe atacar, destruir, sustraer o inutilizar los bienes indispensables para la supervivencia de la población civil. Incluso cuando esos bienes también son utilizados por las fuerzas armadas enemigas, están prohibidas las operaciones dirigidas contra ellos si cabe prever que la población civil quede sin la cantidad de alimentos o agua suficiente.

En segundo lugar, durante un sitio, las partes continúan estando obligadas por las normas del DIH relativas a las operaciones de socorro y al acceso humanitario. El DIH establece que las organizaciones humanitarias imparciales tienen derecho a ofrecer sus servicios para realizar actividades humanitarias, en especial, cuando no se satisfacen las necesidades de la población afectada por el conflicto armado. Una vez que se llega a un acuerdo sobre las operaciones humanitarias imparciales de socorro, las partes en conflicto –que conservan su derecho de controlar la naturaleza humanitaria de los envíos de socorros– deben permitir y facilitar el paso rápido y sin trabas de esas operaciones.

Si la parte de la zona sitiada no está en condiciones de proporcionar los insumos esenciales para la supervivencia de la población civil que está bajo su control, debe dar su consentimiento a las operaciones de socorro humanitario destinadas a los civiles. Análogamente, una fuerza asediante debe permitir el acceso humanitario y las operaciones de socorro destinadas a los civiles que permanecen en la zona sitiada. Esto está sujeto al derecho de control de las partes y a su capacidad de imponer las restricciones limitadas en el tiempo y el espacio que exija la necesidad militar en el momento y el lugar donde tienen lugar las hostilidades.

El DIH determina que las partes que deben permitir el acceso humanitario y facilitar las actividades de socorro humanitario también tienen derecho de implementar medidas de control. Esas medidas pueden establecerse con distintos propósitos: pueden permitir a las partes en un conflicto armado asegurarse de que los envíos de socorro sean de naturaleza exclusivamente humanitaria; pueden evitar que los convoyes de socorro humanitario corran peligro u obstaculicen operaciones militares; y pueden garantizar que los suministros y equipos de socorro humanitario cumplan las normas mínimas de seguridad y de asistencia de salud. Las medidas de control deben implementarse de buena fe y no pueden demorar indebidamente ni impedir el envío de socorros humanitarios.

¿El DIH protege a los heridos y los enfermos que se encuentran en una zona sitiada o cercada?

Sí. En el DIH se formula un extenso conjunto de normas relativas al respeto y la protección de los heridos y los enfermos, así como de las personas y los bienes asignados para su cuidado.

Los Convenios de Ginebra contienen algunas disposiciones que tratan explícitamente de la evacuación de los heridos y los enfermos de zonas sitiadas y del paso de personal y equipamiento sanitarios a esas zonas (por ej., art. 15 del CG I, art. 18 del CG II y art. 17 del CG IV).. En términos más generales, las partes deben adoptar todas las medidas posibles para buscar, rescatar y evacuar a los heridos y los enfermos, y deben prestarles –en toda la medida de lo posible y en el plazo más breve– la asistencia médica que exija su estado.

Todas esas normas se aplican no sólo a los civiles enfermos y heridos, sino también a los heridos y los enfermos de las fuerzas armadas enemigas.

Por último, los heridos y los enfermos, el personal, las unidades y los establecimientos sanitarios –incluidos los hospitales– y los medios de transporte sanitario no deben ser atacados ni se les debe impedir que desempeñen sus actividades médicas. Esta protección específica sólo puede cesar de forma excepcional y en condiciones muy estrictas. Para mayor exhaustividad respecto de la protección de los hospitales durante un conflicto armado, incluso en el contexto de un sitio, ingrese aquí.

¿El CICR participa en evacuaciones de zonas sitiadas o cercadas?

Cualquier iniciativa que aleje a las personas civiles de la violencia y les permita dirigirse por su propia voluntad a zonas más seguras es bienvenida.

Como intermediario neutral e imparcial, el CICR puede ayudar a facilitar el paso seguro de civiles desde zonas sitiadas cuando las partes lleguen a un acuerdo al respecto. Esas medidas deben planificarse e implementarse con acuerdo entre las partes en conflicto y deben garantizar la seguridad de los evacuados y del personal humanitario (v. más arriba: ¿El DIH protege a los civiles que abandonan o son evacuados de una zona sitiada?).

Aunque exista un acuerdo entre las partes, las operaciones de paso seguro siguen siendo operaciones peligrosas. Son sumamente riesgosas para las poblaciones afectadas y el personal humanitario. Los riesgos deben gestionarse de forma de minimizar los posibles daños para todas las partes involucradas. En las últimas décadas, las operaciones de paso seguro han salvado la vida de cientos de miles de personas.

Al ser una organización humanitaria, el CICR nunca ayuda a organizar ni a realizar evacuaciones forzadas (v. también más arriba: ¿Puede usarse un sitio para obligar a los civiles a abandonar una zona en particular?). Esto es válido para todos los contextos en los que el CICR realiza su labor. El CICR no participa en ninguna operación efectuada contra la voluntad de las personas, contra los principios fundamentales de la organización, ni contra las normas del derecho internacional humanitario.

Para mayor exhaustividad respecto de cómo funcionan los pasos seguros o corredores humanitarios para ayudar a las personas en zonas de conflicto, incluso durante un sitio, ingrese aquí