Actualización sobre la situación humanitaria en Colombia
Este informe contiene cifras y datos recopilados entre enero y junio de 2022.
Las consecuencias humanitarias de los seis conflictos armados y la violencia que existen en el país siguen intensificándose de manera preocupante. En el primer semestre de 2022 se ha visto un aumento significativo de la violencia con el consecuente incremento del sufrimiento para la población civil.
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Entre enero y junio de este año, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) registró 377 víctimas de artefactos explosivos*, lo que representa un aumento del 43% respecto al mismo periodo de 2021. Los accidentes ocurrieron en 16 departamentos, siendo Cauca, Antioquia, Arauca, Norte de Santander y Meta las zonas de mayor impacto. En esos lugares se concentró el 67% de las víctimas.
El análisis de la información evidencia varios elementos que llaman la atención. Uno de ellos reveló que la población civil sigue sufriendo los peores efectos de esta realidad, pues el 53% de las víctimas son civiles. Otro aspecto relevante es el aumento de la afectación por artefactos explosivos lanzados y de detonación controlada, ya que del total de víctimas reportadas el 77% fueron ocasionadas por este tipo de artefactos.
El número de víctimas directas muestra la gravedad de la problemática, sin embargo, también hay otras consecuencias de este fenómeno que transforman por completo la vida de las poblaciones, como las restricciones de movilidad, la imposibilidad de acceder a fuentes de subsistencia y la afectación psicosocial, entre otras.
En el primer semestre del año, el desplazamiento y confinamiento de comunidades también tuvo un impacto considerable en varias regiones del país. Según cifras oficiales**, 29.729 personas se desplazaron de manera masiva en 12 departamentos. Las zonas del Pacífico colombiano fueron las más afectadas por esta problemática, de manera particular el departamento de Nariño, el cual ocupó el primer lugar con el 43% de la población desplazada.
Así mismo, el desplazamiento individual afectó a 41.074 personas que tuvieron que abandonar sus hogares, la mayoría de las veces por amenazas directas de los actores armados. Por otro lado, 19.210 personas estuvieron confinadas por el recrudecimiento de las acciones armadas y la presencia de artefactos explosivos en los territorios. En el departamento de Chocó se concentró el 57% de la población confinada.
La lectura de este fenómeno desde una perspectiva territorial evidencia que en algunas zonas las dinámicas se han mantenido, mientras que en otras se han profundizado considerablemente. Un ejemplo de ello es el departamento de Arauca, en el cual el confinamiento aumentó 10 veces respecto a todo el 2021 y el desplazamiento individual pasó de 763 personas reportadas en todo el año pasado a más de 11 mil personas desplazadas en lo que va de este año.
En el primer semestre de 2022, 41.074 personas que tuvieron que abandonar sus hogares, la mayoría de las veces por amenazas directas de los actores armados.
A este complejo panorama humanitario se suma la persistencia de la desaparición de personas. En los primeros seis meses del año el CICR documentó 61 nuevos casos, todos relacionados con los conflictos armados y la violencia. Los hechos se reportaron en 14 departamentos, registrándose el 72% de ellos en Arauca, Norte de Santander, Chocó, Cauca, Nariño y Antioquia.
Esta cifra no da cuenta del número total de casos que pudieron ocurrir en el primer semestre del año, pues corresponde solo a los hechos que la organización conoció de manera directa. Sin embargo, esta información evidencia que en Colombia la desaparición no es un hecho del pasado, sino una realidad asociada a la violencia que continúa presente.
En la primera mitad de 2022 también se intensificaron los ataques contra la asistencia de salud, particularmente en el contexto de los conflictos armados, con una mayor gravedad de los hechos reportados. Durante este periodo fueron asesinados 3 pacientes y 2 profesionales de salud, además se registraron combates y la presencia de artefactos explosivos en proximidad a las instalaciones sanitarias, lo que afectó seriamente el funcionamiento de los servicios de salud en zonas como Arauca, Cauca y Norte de Santander.
Esta situación, sumada a otros eventos como amenazas contra los trabajadores sanitarios, restricciones y bloqueo de los servicios de salud, son fuente de graves consecuencias, entre ellas un número alto de dimisiones del personal sanitario, lo cual afecta la asistencia de salud en algunas de las zonas en donde hay mayor intensidad de los conflictos armados.
Todos estos indicadores de las consecuencias humanitarias muestran la difícil realidad que afrontan las comunidades de distintos territorios, y aun así no alcanzan a reflejar el temor, la zozobra y la desesperanza que producen los conflictos armados y la violencia en Colombia.
* Esta cifra incluye las víctimas de distintos tipos de artefactos explosivos como las minas antipersonal, los restos explosivos de guerra, los artefactos explosivos lanzados y los de detonación controlada.
** Seguimiento a presuntos eventos de desplazamiento masivo y confinamiento. Subdirección de Prevención y Atención a Emergencias – UARIV.