Declaración

Adelanto de la mujer: Declaración del CICR ante las Naciones Unidas, 2015

Asamblea General de las Naciones Unidas, 70° período de sesiones, artículo 29 en el orden del día, declaración del CICR, Nueva York, 13 de octubre de 2015.

En ocasión de conmemorarse el 15.º aniversario de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y el 20.º aniversario de la Declaración de Beijing, las mujeres y las niñas permanecen entre las prioridades de la agenda internacional. Sin embargo, la realidad en el terreno indica que todavía queda mucho por hacer para asegurar la protección y atender las necesidades de las mujeres y las niñas en los conflictos armados. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) reconoce las graves consecuencias humanitarias de los conflictos armados sobre las mujeres y las niñas y vela por garantizar su protección en virtud del derecho internacional humanitario (DIH).

A partir de su experiencia en el terreno, el CICR es testigo directo de los efectos devastadores del conflicto sobre las mujeres y las niñas: aún son especialmente vulnerables al desplazamiento forzado, a los actos de violencia aleatorios y selectivos, así como a otros sufrimientos que pueden constituir violaciones graves del DIH.

Las víctimas están siempre en el centro de la acción del CICR. Este enfoque asegura el acceso adaptado, seguro, participativo e igualitario a la ayuda humanitaria para las mujeres, las niñas, los hombres y los niños afectados por los conflictos.

Sin embargo, las mujeres siguen siendo vulnerables a riesgos específicos durante los conflictos armados y tienen necesidades particulares que deben ser atendidas. Por ejemplo, vemos que, si bien también afecta a los hombres y los niños, son principalmente las mujeres y las niñas quienes están expuestas a la violencia sexual, ampliamente reconocida como una de las experiencias más traumáticas que una persona puede llegar a sufrir.

La violación y otras formas de violencia sexual constituyen crímenes execrables, prohibidos por el DIH. Los Estados deben proporcionar acceso seguro y confidencial a la atención médica para las víctimas. La violencia sexual debe ser debidamente investigada y juzgada, preservando siempre la confidencialidad.

Asimismo, las mujeres y las niñas suelen quedar solas y padecen el dolor de la pérdida al tiempo que asumen un nuevo papel como jefas de hogar, haciéndose cargo de la protección y el sustento de sus familias cuando los hombres son asesinados, heridos, detenidos o desaparecidos.

No obstante, las mujeres a menudo deben luchar para ejercer los derechos de propiedad, trabajar o moverse libremente, lo que restringe su capacidad como proveedoras.

A pesar de los efectos devastadores de los conflictos, las mujeres suelen demostrar una fortaleza notable, como lo demuestran las funciones vitales que asumen en sus comunidades, protegiendo y apoyando a sus familias.

Las intervenciones humanitarias deben tener esto en cuenta, fomentando la participación de las mujeres y las niñas en todas las etapas y brindando un apoyo orientado a satisfacer una gran variedad de necesidades individuales específicas. Esto se refleja en el enfoque del CICR, que consiste en ofrecer una respuesta humanitaria a medida y factible. Por ejemplo, mientras que algunas mujeres pueden necesitar apoyo para lograr valerse por sí mismas y evitar estrategias de adaptación negativas, otras pueden requerir asistencia para asumir su papel de proveedoras.

El desarrollo de respuestas adaptadas e informadas requiere un análisis adecuado y sistemático de las diferentes vulnerabilidades relativas al género, la edad y la discapacidad.

Por último, el principio de "no causar daño" debe permanecer en el centro de cualquier respuesta. Siempre debemos asegurarnos de que el apoyo brindado no agravará la violencia en la comunidad o en el hogar y que no exacerbará la discriminación existente.

El CICR quisiera recordar que los Estados tienen la responsabilidad primaria de respetar y hacer respetar el DIH. Para lograrlo, su legislación interna debe guardar conformidad con el DIH mediante la integración de la protección especial y el respeto a las mujeres y la prohibición absoluta de todas las formas de violencia sexual.

En 2011, la XXXI Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja adoptó un plan de acción cuatrienal, en el cual exhortaba a los Estados y a los componentes del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja a adoptar acciones específicas para mejorar la protección de las mujeres en los conflictos armados. En vista de la próxima XXXII Conferencia Internacional, el CICR está dispuesto a mantener su apoyo a los Estados en el cumplimiento de sus compromisos existentes en lo que respecta a proteger a las mujeres y prevenir la violencia contra ellas, y hacer respetar el DIH y otras normas aplicables.