Declaración

Armas explosivas pesadas en zonas pobladas: se necesita con urgencia un cambio de mentalidad

Discurso pronunciado por Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), en ocasión del lanzamiento del informe “Explosive Weapons with Wide Area Effects: A Deadly Choice in Populated Areas” (Armas explosivas con área de impacto extensa: una opción mortífera en zonas pobladas) elaborado por el CICR - 27 de enero de 2022, Ginebra

Excelencias, señoras y señores:

Desde hace décadas, preocupa gravemente al CICR el uso de armas explosivas pesadas en zonas urbanas y otras zonas pobladas.

El personal del CICR que trabaja para proteger y asistir a las personas afectadas por conflictos armados es testigo, a diario, del sufrimiento humano provocado por el uso de lo que se denomina "armas explosivas con área de impacto extensa" o armas explosivas pesadas.

Esa denominación abarca bombas y misiles de gran tamaño, sistemas de armas de fuego indirecto – y con frecuencia impreciso – como artillería y morteros, sistemas de lanzacohetes múltiples y artefactos explosivos improvisados. Su empleo en zonas pobladas es una importante causa de daño civil en los conflictos armados actuales.



Basta con observar lo que sucede en ciudades como Saná, Mosul, Raqqa, Alepo o Gaza, u otras zonas pobladas como la región de Donetsk en Ucrania, numerosos pueblos y ciudades de provincias de Afganistán, los suburbios de Trípoli y el centro de Bengasi, Libia o Nagorno-Karabaj, para ver que sus consecuencias humanitarias son devastadoras.


Se cuentan por decenas las personas civiles que mueren o resultan heridas, o que quedan con discapacidades permanentes o graves traumas psicológicos. Las ciudades quedan reducidas a escombros, y se destruyen las viviendas, la infraestructura, las escuelas, los medios de subsistencia y los sitios culturales. Los servicios esenciales para la supervivencia humana colapsan, lo que deja a poblaciones enteras sin acceso a agua, saneamiento, electricidad o asistencia de salud, lo que provoca desplazamientos. Patios y calles quedan plagados de municiones sin estallar que causan muertes mucho después de finalizadas las hostilidades. Los costos de reconstrucción y otros impactos en el desarrollo pueden ser enormes, en especial, cuando se usan armas explosivas pesadas en conflictos prolongados.

Se necesita con urgencia un cambio de mentalidad, y que los beligerantes vuelvan a hacer de la protección de las personas civiles un aspecto central de sus prácticas y políticas.

Confío en que nuestro nuevo informe "Explosive Weapons with Wide Area Effects: A Deadly Choice in Populated Areas" (Armas explosivas con área de impacto extensa: una opción mortífera en zonas pobladas) que me honra presentar hoy, contribuirá a lograr ese cambio.

Los efectos directos e indirectos del uso de armas explosivas pesadas en zonas urbanas y otras zonas pobladas son predecibles y, en gran medida, evitables. De hecho, las partes beligerantes tienen la responsabilidad de evitarlos y mitigarlos. Para ello, deben cumplir plenamente los principios y las normas del derecho internacional humanitario (DIH), pero quizás también deban adoptar algunas medidas más.

Los Estados y todas las partes en conflictos armados deben revisar y adaptar sus políticas y prácticas militares a fin de evitar el uso de armas explosivas con un área de impacto extensa en zonas pobladas. El uso de estas armas debe evitarse en zonas urbanas y en otros entornos poblados, a menos que se adopten medidas de mitigación suficientes para limitar su radio de impacto y el consiguiente riesgo de daños a personas civiles y bienes de carácter civil.

El objetivo de nuestro informe es contribuir a una mejor comprensión de los aspectos técnicos, jurídicos y militares-operacionales del uso de armas explosivas pesadas en zonas pobladas, así como asistir a los Estados y a los grupos armados no estatales a poner en práctica una política de limitación y a definir medidas de mitigación eficaces.

El informe es el resultado de una investigación multidisciplinaria, de documentación en el terreno y del diálogo con varios Estados y grupos armados no estatales, y con organizaciones internacionales y no gubernamentales que el CICR llevó a cabo a lo largo de varios años.

El informe ofrece un panorama general de la gravedad de los daños a personas civiles y bienes de carácter civil provocados por el uso de armas explosivas pesadas en zonas pobladas, que ha sido debidamente documentada en muchos lugares del mundo.

Asimismo, analiza las características técnicas de las armas explosivas pesadas, que tienen un área de impacto que se extiende mucho más allá del objetivo. El informe demuestra que el uso de estas armas en zonas pobladas implica un alto riesgo de efectos indiscriminados o desproporcionados y, por ende, una alta probabilidad de violar el DIH, riesgo que aumenta con la densidad poblacional y el área de impacto extensa de las armas utilizadas. Incluye, asimismo, una sinopsis de políticas y prácticas adoptadas por las partes en conflictos armados, entre ellas restricciones y limitaciones al uso de armas explosivas pesadas en zonas urbanas y otras zonas pobladas.

El informe finaliza con recomendaciones prácticas exhaustivas dirigidas a las autoridades políticas y las fuerzas armadas respecto de las medidas de prevención y mitigación que se deben adoptar a modo de buenas prácticas para reforzar la protección de las personas civiles y promover el respeto del DIH. Nuestras recomendaciones abarcan todo el espectro, desde la doctrina y las políticas hasta la formación, la planificación y la conducción de las operaciones.

Algunas de esas recomendaciones son las siguientes:

  • considerar la protección de las personas civiles como una prioridad estratégica que se incorpore en todas las instancias de la toma de decisiones militares;
  • adoptar medidas en todos los niveles – estratégico, operacional y táctico – a fin de evitar, siempre que sea posible, la conducción de hostilidades en zonas pobladas;
  • integrar medidas de limitación clave en la formación, la planificación, la práctica y la doctrina militar;
  • buscar alternativas al uso de armas explosivas con un área de impacto extensa;
  • determinar y aplicar buenas prácticas sobre el uso de estas armas a fin de limitar sus efectos;
  • formar y equipar a las fuerzas armadas para que puedan combatir en en zonas pobladas respetando el DIH y minimizando el riesgo para las personas civiles; y
  • compartir estas buenas prácticas con fuerzas asociadas o con las partes a las que se preste apoyo en conflictos armados.

El informe demuestra que es tan urgente como posible adoptar medidas para modificar este status quo inaceptable.

Insto a los encargados de formular políticas y a las fuerzas armadas a no aceptar la muerte y la destrucción provocadas por los bombardeos intensos en zonas pobladas como una consecuencia trágica pero inevitable de la guerra. Por el contrario, tienen la responsabilidad de adaptar sus políticas y prácticas militares a los requisitos del derecho, los imperativos humanitarios y las realidades del campo de batalla moderno.

Están en curso algunas iniciativas para elaborar una declaración política en ese sentido. El CICR apoya plenamente ese proceso diplomático. Confío en que, al promover el necesario cambio de comportamiento entre las partes en conflictos armados, el presente informe contribuirá a la implementación de la declaración política y a un avance tangible en la prevención y mitigación de los daños a civiles.

Instamos a todos los Estados y a las partes en conflictos armados a adoptar e implementar, como una cuestión de principio, las recomendaciones incluidas en este nuevo informe. En opinión del CICR, así se fortalecería de manera significativa la protección de las personas civiles y el respeto del DIH en entornos de alto riesgo, como las zonas urbanas y otras zonas pobladas, en las que lograr esa protección y respeto es una tarea particularmente compleja.

Hemos escuchado a quienes plantean preocupaciones respecto del enfoque recomendado:

  • Sostienen que el lenguaje referido a la limitación no es lo suficientemente preciso como para modificar las realidades que los beligerantes enfrentan hoy en el campo de batalla.
    Este informe responde a esas inquietudes y contribuye a definir qué puede entenderse por limitación y cómo traducir medidas concretas en doctrina, formación, manuales y realidades.
  • Sostienen que restringir el uso de la fuerza en conflictos asimétricos ofrece una ventaja inaceptable "al otro bando".
    Disentimos profundamente de esta apreciación, ya que exponer a las poblaciones a una violencia desenfrenada y aceptar el "daño colateral" que se inflige hoy deslegitimiza los combates para las comunidades y destruirá la confianza y la gobernanza respecto de sus poblaciones.
  • Sugieren que una política de limitación de facto torna imposible la guerra en zonas pobladas y es, por ende, una estrategia ilusoria.
    Este informe demuestra lo contrario: es mucho lo que se puede mejorar antes de dejar a las personas civiles libradas a un riesgo de daño de magnitud inaceptable.

El CICR continuará documentando las consecuencias devastadoras que tiene, en el plano humanitario, el uso de armas explosivas pesadas en zonas pobladas, y sensibilizará también sobre ellas. Asimismo, mantendremos el diálogo multilateral, y también bilateral y confidencial, con los Estados, sus fuerzas armadas y grupos armados no estatales en relación con estas y otras medidas a fin de responder de manera efectiva a esta preocupación humanitaria acuciante. Es lo menos que podemos hacer para aliviar el sufrimiento de hombres, mujeres, niñas y niños afectados por conflictos armados.

Muchas gracias.