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Día internacional de las personas con discapacidad: “Eso no me va a quitar los sueños que un día tuve”

Tomaron la ruta migratoria escapando de la violencia en su lugar de origen y de la falta de oportunidades. En su camino perdieron una parte de su cuerpo y la vida como la conocían. Ahora trabajan por reconocerse con una prótesis y reconstruir los sueños y metas que un día tuvieron.

Cada año miles de personas inician su trayecto por la región. Entre otros peligros, en la ruta enfrentan el riesgo de sufrir una amputación, ya sea por algún accidente o por ser víctimas de la violencia armada, lo que las deja en una situación de aún más vulnerabilidad.

En conjunto con las Sociedades Nacionales, las autoridades consulares, migratorias y de salud; el Comité Internacional de la Cruz Roja el (CICR), a través del Programa Regional de Rehabilitación Física, asiste a las personas migrantes que, debido a factores de riesgo migratorio, terminan con una discapacidad y necesitan acceso a la rehabilitación física, prótesis u órtesis.

El CICR también apoya a los Estados para que cumplan con sus responsabilidades en materia de asistencia y protección a las personas migrantes, y hace énfasis en la necesidad de que se priorice la respuesta a las personas en mayor situación de vulnerabilidad, incluyendo a aquellas con alguna discapacidad o enfermedad, las mujeres, niños y niñas, y aquellas con necesidad de protección internacional.

En el Día internacional de las personas con discapacidad recordamos que es un imperativo humanitario proteger a las personas migrantes en la ruta.

A.Langner/CICR

En 2004 Santiago Zeferino decidió irse a Estados Unidos. Quería darle otro rumbo a su destino porque sentía que, en su país, ya no podía prosperar. Iba muy satisfecho por lograr montarse en el tren que cruza el territorio mexicano. Sin embargo, unas personas armadas con machetes provocarían que cayera del tren y perdiera una pierna.

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"Uno entra en depresión porque uno no acepta el problema que tiene (la amputación). Pero acepté luego que ya no tenía una pierna y eso no me iba a quitar los sueños que un día tuve. Todavía los sueños los puedo volver realidad", cuenta Santiago desde la casa de su madre en una comunidad rural.

A.Langner/CICR

"Sin la prótesis yo tendría que caminar con muletas y no tendría trabajo. Esto le ayuda bastante a uno porque ya le cubre el fallo y camina ahí uno más o menos, aunque sea ranqueando, pero uno camina", comenta Santiago, quien años después de su amputación volvió a intentar migrar a Estados Unidos. Esta vez cruzó el Río Bravo y la corriente se llevó su prótesis; "ahí sentí que ya no podía estar".

A.Langner/CICR

"A veces uno quiere hacer lo mismo que antes: trabajar, jugar futbol y eso ya no se puede. A veces eso a uno le pega depresión. No sólo el trabajo se ve afectado, otras actividades también, como el meterse a una piscina: antes te quitabas la ropa y de un solo... al agua", cuenta Francis, quien en 2019 fue arrojado del tren, conocido como La Bestia, por un par de personas que lo asaltaron y perdió una pierna. El joven de 21 años decidió migrar debido a la violencia y pobreza que hay en su comunidad.

Francis regresó a su comunidad de origen y cuenta que lo más difícil ha sido superar que le amputaran una parte de su cuerpo. La idea de quitarse la vida le ha rondado más de una vez por la cabeza y para superar esos pensamientos se junta con amistades que le animen llevándolo a pasear. Por ahora no tiene claro qué esperar para su futuro; antes de perder la pierna quería trabajar y tener su casa. Está en proceso de adaptarse a su prótesis la cual le sienta mejor que las muletas con las que andaba.

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Marvin Moreno de 37 años porta playera negra con leyenda: "Grupo Viejitas pero Bonitas" que va muy en armonía con su personalidad: risueña y animosa. En 2021 cayó del tren cerca de Piedras Negras, Coahuila en México y las ruedas pasaron sobre su pierna. Tuvieron que amputársela y su recuperación no ha sido sencilla, más a nivel emocional porque sus hermanos dejaron de hablarle. "Gracias a dios tengo a mis hijos, mi esposa y mi mamá. Ellos me devuelven las ganas".

A.Langner/CICR

Hace 14 años Marvin, aprendió a elaborar pulseras y luego de su amputación este oficio le ha servido para autoemplearse. Ahora "mañanea" más temprano que previo a su accidente para ir a comprar la materia prima para hacer bisutería de todos los colores: roja, verde rosa, azul y combinadas.

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"Tener una prótesis es cumplir un nuevo sueño: el de volver a caminar", cuenta Marvin quien conoce de los peligros que hay en la ruta migratoria. "Desde que uno sale del país estás entre la vida y la muerte buscando cumplir tu propósito": el de tener una vida más digna, dice.

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Elvin Mariano en cita de seguimiento en la Fundación Vida Nueva en Choluteca, Honduras. Actualmente el CICR gestiona el programa con el apoyo de las Sociedades Nacionales (Cruz Roja Mexicana, Cruz Roja Guatemalteca, Cruz Roja Hondureña y Cruz Roja Salvadoreña) o con organizaciones de la sociedad civil.

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Elvin Mariano recibiendo orientación de Walter Aguilar, ortoprotesista de la Fundación Vida Nueva en Choluteca, Honduras. Elvin perdió la pierna derecha en un accidente en tren y regresó a Honduras donde trabaja más de ocho horas recogiendo y cargando costales de café. Esta actividad hace que la prótesis necesite ajustes constantemente.

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En México y América Central el CICR mantiene acuerdos de colaboración con 5 centros de rehabilitación física para ofrecer apoyo a las personas afectadas por la violencia y a migrantes que, debido a factores de riesgo migratorio, terminan con una discapacidad y necesitan acceso a la rehabilitación física, prótesis u órtesis.

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En Honduras el CICR tiene acuerdos con el Centro de Rehabilitación Integral Teletón en San Pedro Sula y con la Fundación Vida Nueva en Choluteca. El CICR, cubre el cien por ciento de los costos de la prótesis u ortesis, asegurando bajo acuerdos con los centros de rehabilitación física el acceso a los servicios de recuperación sin ningún costo para los beneficiarios. En la imagen, Walter Aguilar, ortoprotesista de la fundación.

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En CICR también se centra en fortalecer a los centros de rehabilitación física, en temas de calidad de la atención y prestación de servicios apegados a procedimientos y estándares internacionales. En la imagen Walter Aguilar, ortoprotesista de la Fundación Vida Nueva en Choluteca, Honduras