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La violencia en la región congoleña de Kasai afecta con más fuerza a las personas con discapacidad

Las personas con movilidad reducida son las que se han visto más afectadas por la violencia desatada en la región de Kasai, en la República Democrática del Congo. Es posible que queden expuestas a lo peor de la violencia porque no pueden huir al ritmo de los demás y sus familiares no esperen por ellas.

"Era una situación de sálvese quien pueda", dijo Véronique. "Todos huían para salvarse, y mi esposo me abandonó. Quedé desvalida en medio de la confusión." Véronique tiene ambas piernas paralizadas a causa de la poliomielitis. La abandonaron junto con su hija de cinco años de edad.

La región de Kasai está ubicada en el centro de la República Democrática del Congo, y la conforman cinco de las veintiséis provincias del país. En agosto de 2016, se desató la violencia entre un grupo de militares local y el servicio de seguridad nacional. Desde enero, también se han producido enfrentamientos armados entre comunidades, que no solo provocaron miles de muertes, sino que generaron el desplazamiento de más de un millón de personas.

Cuando empezó la violencia, Véronique vivía en Tshikapa, un pueblo en Kasai. Ella no esperaba sobrevivir sola en medio de la lucha descarnada. "Pensé que era el fin. Dado que no podía moverme como el resto de las personas, permanecí en casa junto con mi hija a la espera de la muerte. No podía dejar de llorar al ver que todos huían sin nosotras."

Un golpe de suerte salvó la vida de Véronique. Vio pasar, frente a su casa, a unos amigos de su esposo que estaban abandonando el pueblo y les contó acerca de su situación. "Nos pusieron a mi hija y a mí en un automóvil, y nos fuimos de inmediato. Estaba en estado de pánico y dejé todas mis pertenencias."

 

La familia de acogida no tenía comida suficiente para alimentar a Véronique, que salió adelante con lo poco que conseguía. CC BY-NC-ND / CICR / Carol Lumingu Kazadi

Al día siguiente, Véronique y su hija estaban en Kikwit, provincia de Kwilu, a trecientos kilómetros de distancia. Nunca habían estado en ese lugar y no sabían qué hacer, desprovistas de sus pertenencias y sin alimentos. Tuvieron que mendigar para sobrevivir.

Las autoridades de Kikwit hicieron algunas gestiones en favor de las personas que habían sido desplazadas de Kasai, y Véronique fue reubicada con una familia de acogida. Sin embargo, los desafíos continuaban siendo muy grandes. Su hija se enfermó en reiteradas ocasiones, y la mujer no podía costear un tratamiento apropiado. Además, la familia de acogida no podía alimentarlas todos los días.

Gracias a la comida caliente que distribuían el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y la Cruz Roja de la República Democrática del Congo, Véronique y su hija dejaron de pasar hambre. Otros desplazados ayudaban a esta mujer y a su hija a llegar hasta el centro de distribución de alimentos más próximo a la hora del almuerzo.

Recibir comida caliente fue una verdadera ayuda para Véronique y su hija. CC BY-NC-ND / CICR / Carol Lumingu Kazadi

A través del CICR, Véronique no solo recibió alimentos, sino dinero. El propósito de esta ayuda económica, brindada en cooperación con un banco en Kikwit, es dar dinero en efectivo a los desplazados para que satisfagan sus necesidades esenciales y, de ser posible, ayudarlos a iniciar un pequeño negocio para generar una renta que les permita tener cierto grado de autonomía. A la salida del banco, Véronique dijo: "En primer lugar, usaré el dinero para el tratamiento de mi hija, que está enferma. En segundo lugar, compraré galletas y jabón para revender. Quizás venda paquetes de cacahuates también, porque se compran bastante en este lugar".

Véronique recibió ayuda adicional debido a su situación de vulnerabilidad. El CICR la transportó hasta el banco, dado que el trayecto desde la casa de su familia de acogida hasta el banco es largo. CC BY-NC-ND / CICR / Carol Lumingu Kazadi

Véronique aún no ha encontrado a su esposo ni sabe nada de él.

En la actualidad, el CICR, junto con la Cruz Roja de la República Democrática del Congo, ayudan a veintinueve mil víctimas de la violencia en Kasai. Entre agosto y septiembre, distribuyeron comida caliente y asistencia económica para nueve mil desplazados en Kikwit.