Comunicado de prensa

El CICR insta a los Estados a respetar las prohibiciones de la Convención sobre las Minas Antipersonal

Discurso de Gilles Carbonnier, vicepresidente del CICR, en ocasión de la Quinta Conferencia de Examen de la Convención sobre la Prohibición de las Minas Antipersonal, en Siem Reap, el 25 de noviembre de 2024
Near Berezovoye check point. An ICRC delegate is installing « Danger Mines » signs
Foto: PRATS DELTELL, Carlos Alberto/CICR

Siem Reap-Angkor, 25 de noviembre de 2024

Y.E. Hun Manet, primer ministro del Reino de Camboya,

Y.E. Ly Thuch, presidente de la Quinta Conferencia de Examen,

Excelencias, señoras y señores, estimados y estimadas colegas:


Es un honor para mí dirigirme a la Quinta Conferencia de Examen de la Convención sobre la Prohibición de las Minas Antipersonal en nombre del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Camboya es una de las cunas del movimiento mundial por un mundo libre de minas antipersonal, y quiero agradecer a nuestro anfitrión por recibirnos en este escenario único en Siem Reap, declarado Patrimonio de la Humanidad.

Permítanme comenzar recordando la lógica humanitaria que sustenta la Convención. Cuando se adoptó en 1997, la gran mayoría de las víctimas de minas terrestres eran civiles, a menudo personas desplazadas que regresaban a su hogar, que intentaban reconstruir su vida, o agricultores que buscaban vivir de su tierra. Un número elevado de estas víctimas eran niños cuyas jóvenes vidas finalizaron de manera trágica o se vieron modificadas para siempre al pisar una mina, ya sea de camino a la escuela o mientras jugaban al aire libre.

A pesar del avance significativo logrado desde entonces, muchas de estas trágicas consecuencias continúan afectando a las personas civiles, quienes siguen llevándose la peor parte. El imperativo humanitario de dar fin a esas armas de efectos indiscriminados y de prestar apoyo a las víctimas de las minas sigue siendo tan apremiante hoy como lo era cuando se adoptó la Convención.

Lamentablemente, nuestra aspiración común de lograr un mundo libre de minas antipersonal para 2025 no podrá alcanzarse. El ritmo lento de la remoción de minas y las repetidas demoras son motivo de profunda preocupación. Lo mismo sucede con las denuncias de violaciones de la Convención y las deficiencias significativas en la prestación de asistencia a las víctimas, que se suman a la lentitud del proceso de universalización.

Aun así, tenemos muchos motivos para estar orgullosos: más de tres cuartas partes de los Estados miembros de las Naciones Unidas están obligados por la Convención. Desde 1997, los Estados Partes han destruido millones de minas almacenadas, y se han limpiado vastas zonas contaminadas, las cuales se han vuelto a usar de manera segura.

Por estos importantes logros, tengo la esperanza de que juntos podremos hallar una solución a los retos ya conocidos y los que puedan surgir. Nos alienta la mayor atención dada a cuestiones críticas, como las minas antipersonal improvisadas, la inclusión social y económica de los sobrevivientes, la educación sobre el peligro de las minas, el daño ambiental y las posibilidades que presentan los rápidos avances tecnológicos para el desminado.

Excelencias, señoras y señores:

Debemos estar preparados para garantizar la universalización y la implementación efectiva de la Convención, y manifestarnos en defensa de las normas humanitarias.

* En primer lugar, esto exige una manifestación contra el uso de minas antipersonal por parte de cualquier actor en cualquier lugar, independientemente de las circunstancias. No cabe ninguna justificación para el uso o la transferencia de un arma que provoque semejante costo humano indiscriminado y duradero, como bien lo sabe la población camboyana.

* En segundo lugar, implica trabajar sin descanso para alcanzar la universalización de la Convención.

* Y en tercer lugar, significa tratar las denuncias de violaciones de la Convención lo antes posible y, al mismo tiempo, prevenir infracciones.

Pueden contar con la colaboración del CICR, en su diálogo con los Estados Partes y otros socios con el objetivo de alcanzar las metas de la Convención.

En este contexto, deseo expresar nuestro sincero agradecimiento al Gobierno de Camboya y Su Excelencia, el primer ministro Hun Manet, por reconocer la función de nuestra organización en el desarrollo y la implementación de la Convención.

El trofeo que acabamos de recibir pone de relieve la dedicación incansable de todos los componentes del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Quisiera felicitar, en particular, a la Cruz Roja de Camboya por los esfuerzos que vienen realizando desde hace mucho tiempo para atender las devastadoras consecuencias humanitarias de las minas antipersonal. También me complace informar que otras cinco Sociedades Nacionales están participando activamente en esta conferencia.

Este trofeo nos recuerda lo que podemos lograr trabajando juntos para prevenir y aliviar el sufrimiento de las víctimas de las minas antipersonal.

Excelencias, señoras y señores:

Los alentamos a establecer metas ambiciosas para los próximos cinco años, a actuar con la urgencia requerida para abordar los problemas más acuciantes que hoy enfrentan las comunidades afectadas por las minas y, fundamentalmente, a hacer realidad nuestra visión compartida de un mundo libre de minas antipersonal.