Ginebra (CICR) – Hoy se cumplen 76 años del día en que el mundo hizo una promesa solemne a través de los Convenios de Ginebra: incluso las guerras tienen límites. Hoy, esa promesa está gravemente amenazada.
Las normas siguen vigentes, pero el compromiso de respetarlas se debilita, con consecuencias catastróficas para las personas atrapadas en conflictos armados. Esas normas no se crearon para beneficiar a los poderosos, sino para proteger a los que no pueden defenderse: las personas civiles que se hallan en medio del fuego cruzado, los heridos en el campo de batalla, los prisioneros tras las rejas.
El respeto de las leyes de la guerra no es opcional. Los Convenios de Ginebra han sido ratificados universalmente y están entre los tratados internacionales con mayor aceptación. Cuando se los respeta, evitan la brutalidad en la guerra y preservan el camino de regreso a la paz.
El pasado mes de septiembre, el CICR, junto con Brasil, China, Francia, Jordania, Kazajistán y Sudáfrica, lanzó una iniciativa mundial para renovar el compromiso político con el derecho internacional humanitario. Desde entonces, más de 70 Estados han decidido participar en esta iniciativa. Aliento a todos los Estados a hacer lo mismo.
La capacidad protectora del DIH depende del compromiso político de los líderes de respetarlo. Los próximos 76 años de los Convenios de Ginebra serán el resultado de las decisiones de los líderes de hoy: preservar la humanidad en la guerra o renunciar a ella.