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Colombia: Huellas del Pato, una casa cultural para el arte en Caquetá

Balsillas está ubicado en el suroriente de Colombia y durante muchos años, fue epicentro de los conflictos armados y la violencia. Sin embargo, el CICR ha apoyado a los niños, niñas y adolescentes para que puedan contar en sus comunidades con lugares seguros para imaginar, crear, soñar, desarrollar y aprender habilidades a través del arte.

Son muchos los sentimientos que tenemos de pequeños al intentar demostrar nuestros talentos. Vivimos con timidez al creer que lo hacemos mal, con pena a mostrar lo que nos gusta hacer y a dar a conocer las virtudes y capacidades que tenemos.

Sin embargo, en Caquetá, muchos niños, niñas y adolescentes, no cuentan con un espacio para la creatividad, el arte y para fortalecer la cultura de su entorno. Incluso, algunos menores no tienen la posibilidad de acceder a la educación.

Por eso, el Comité Internacional de la Cruz Roja, llegó a esta zona de difícil acceso para fortalecer las capacidades organizativas de la comunidad, entregando la Casa de la Cultura con aportes de trabajos comunitarios y apoyando al colectivo 'Huellas del Pato', como proceso cultural no solo para los menores sino para todos los integrantes de este corregimiento.

"Este espacio significa mucho para nosotros. Es aquí en donde los niños, niñas, jóvenes y nosotros como comunidad logramos redescubrir nuestras fortalezas y habilidades en danza, música, cultura. Este espacio es una puerta que nos permite seguir soñando y ver el mundo de una manera diferente", afirmó Oneida Perdomo, integrante de la Casa de la Cultura, 'Huellas del Pato'.

CICR Colombia

Este espacio es cómplice de obras de teatro y arte, fomento de la lectura por medio de libros y cuentos donados por diferentes padres de familia u organizaciones comunitarias.

Para materializar este sueño de contar con un espacio para el arte y la cultura, fue indispensable el compromiso de la comunidad, quien apoyó con mano de obra y estuvo muy atenta en cada etapa del proceso. Con ellos, se concertó el diseño y los diferentes espacios que darían vida a la creatividad de los niños, niñas y adolescentes que le dan vida a este espacio a través de sus obras.

Al ingresar a la Casa de la Cultura y hacer un recorrido por la infraestructura, se pueden observar la biblioteca, sala de juegos, auditorio, bodega de instrumentos musicales, bodega para el vestuario de teatro y por último, el área para baños con duchas tanto para mujeres y hombres. El abastecimiento de agua se realiza por medio del acueducto comunitario, el cual abastece de manera continua al centro poblado.

Cada vez que se abren las puertas de la casa de la cultura, este espacio de encuentro y esparcimiento recobra vida con las voces, risas, juegos y puesta en escena de los niños, niñas y comunidad en general, que deciden apostarle a la transformación del territorio a través del arte y la cultura.

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