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Cómo el CICR brinda ayuda a los niños

Los conflictos armados y otras situaciones de violencia privan a los niños de bienes esenciales, como alimentos, agua potable, asistencia de salud, refugio, y de la oportunidad de jugar y crecer a su propio ritmo. A pesar de la protección que les confiere el derecho internacional, los niños son vulnerables a todo tipo de riesgos.

Los niños pueden quedar separados de sus familiares. Sin el cuidado y la protección de estos, son más propensos a que se violen sus derechos fundamentales y corren el riesgo de ser objeto de abuso, explotación o reclutamiento por parte de las fuerzas armadas o de grupos armados.

Con demasiada frecuencia, los niños se ven involucrados directa o indirectamente en las hostilidades. Tanto los niños como las niñas son reclutados como combatientes en las fuerzas armadas o los grupos armados, pero también se los usa para funciones secundarias, como llevar provisiones o reunir información de inteligencia, lo que también los pone en gran peligro. Los niños que se han asociado con fuerzas armadas o con grupos armados pueden tener dificultades cuando regresan a sus hogares debido al trauma y a la estigmatización y luchan por reintegrarse en sus familias y comunidades.

A menudo, los niños terminan detenidos, por ejemplo, por su asociación con una fuerza armada o un grupo armado, o porque no pudieron acceder a las formas apropiadas de justicia. Pueden ser hijos de mujeres o niñas detenidas, o haber acompañado a un padre detenido durante la detención. En términos más generales, las vidas de millones de niños se ven significativamente afectadas por la detención, por ejemplo, si un padre, tutor u otro pariente cercano es detenido y, sobre todo, cuando esa persona es su principal o único cuidador.

Los conflictos armados y otros actos de violencia repercuten en la educación. Las escuelas pueden ser objeto de ataques deliberados o resultar dañadas accidentalmente, utilizadas con fines militares, tomadas como refugios por desplazados internos o utilizadas como lugares de reclutamiento ilegal. A los niños detenidos se les suele negar la escolaridad. La interrupción de la educación tiene graves consecuencias tanto para el futuro de los niños como para la capacidad de recuperación del país, en particular, cuando las crisis son prolongadas.

El trabajo del CICR

En el terreno, las actividades del CICR se centran en grupos de niños particularmente vulnerables, incluidos los niños no acompañados o separados de sus familias, los niños asociados a las fuerzas armadas o a los grupos armados y los niños detenidos. Los niños migrantes también son un grupo de preocupación, ya sea que estén separados de sus familias o detenidos.

Bangui, República Centroafricana, febrero de 2014. Una mujer abraza a su hijo de cuatro años de edad. Desapareció durante dos días y lo encontraron las tropas de la MISCA (Misión Internacional de Apoyo a República Centroafricana con Liderazgo Africano), que lo llevaron al CICR. CC BY-NC-ND / CICR / A. Greco

En primer lugar, tratamos de evitar que se separe a los miembros de las familias. Si se separan como resultado de un conflicto armado u otro tipo de violencia, o durante la migración, volvemos a ponerlos en contacto y, siempre que sea posible, reunimos a los niños con sus familias. El personal del CICR lleva un registro de los niños más vulnerables para asegurarse de que se efectúe el seguimiento de sus casos y se satisfagan sus necesidades.

El CICR también dialoga con las fuerzas armadas y los grupos armados y trabaja con las comunidades en situación de riesgo para evitar que los niños sean reclutados por las fuerzas armadas o por grupos armados. En los países en donde esto es un problema importante, como en República Democrática del Congo, también trabajamos con los niños desmovilizados para ayudarlos a reinsertarse en la sociedad.

En los lugares de detención, el CICR se esfuerza por lograr que las autoridades protejan a los niños mediante la adopción de medidas que tengan en cuenta sus necesidades específicas. Nuestro enfoque se centra, también, en la protección y apoyo de los niños cuando sus padres están detenidos. Todas nuestras actividades relacionadas con los niños se rigen por lo que es más conveniente para ellos.

Además de nuestros ámbitos de especialización tradicionales, nos esforzamos por abordar el impacto de los conflictos armados y de otras formas de violencia sobre el acceso de los niños a la educación, en especial, cuando están detenidos, son desplazados internos o viven en zonas particularmente peligrosas. En estrecha colaboración con las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, así como con autoridades locales, el CICR llevó a cabo varios proyectos que dieron buenos resultados para reforzar la seguridad de las instalaciones escolares y fomentar el comportamiento seguro entre los estudiantes, el personal docente, funcionarios y padres en las zonas donde los conflictos armados y otros tipos de violencia suelen dar lugar a la interrupción de las clases. Algunos ejemplos incluyen proyectos en Río (Brasil), Medellín (Colombia) y Ciudad Juárez (México), y en Ucrania.

En la actualidad, el CICR prepara una estrategia respecto de su papel en lo que se refiere a apoyar el acceso a la educación en situaciones de conflicto y de violencia. Esta estrategia establecerá el marco para la labor de la organización en lo relativo a la educación y detallará las herramientas y métodos de trabajo que se utilizarán.

Medellín, Colombia, junio de 2014. Los alumnos aprenden comportamientos seguros en una escuela de un barrio peligroso, donde la violencia de bandas armadas y grupos criminales es moneda corriente. CC BY-NC-ND / CICR / D. Revol

 El CICR también trabaja en estrecha colaboración con los gobiernos para asesorarlos en la aplicación interna de sus obligaciones internacionales, en particular, mediante la adopción de leyes y otras medidas para proteger a los niños durante los conflictos armados.