Acerca de la financiación y los gastos del CICR
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El CICR se financia con contribuciones voluntarias.
Recibimos contribuciones de los Estados Partes en los Convenios de Ginebra (Gobiernos), de las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, de organizaciones supranacionales (como la Unión Europea), y de fuentes públicas y privadas. Los Gobiernos son nuestros principales donantes: en promedio, en los últimos cinco años, aportaron cerca del 82 % de nuestro presupuesto. Sin embargo, esas contribuciones siguen siendo voluntarias y no hay garantías de que perduren a largo plazo.
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En 2024, el CICR ha solicitado 21.000 millones de francos suizos. Durante el año, se realizan ajustes a este llamamiento en forma de ampliaciones presupuestarias en respuesta a necesidades imprevistas que exigen una mayor acción humanitaria.
El llamamiento del CICR para 2024 representa una disminución del 23 % con respecto a su llamamiento inicial para 2023 y una disminución del 13 % con respecto a su llamamiento revisado para 2023.
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El presupuesto del CICR se calcula en función de tres factores: las necesidades humanitarias de las comunidades afectadas, nuestra capacidad de proporcionar ayuda y protección a esas comunidades, y una evaluación objetiva de lo que efectivamente puede implementarse.
En conjunto, estos tres factores han contribuido a alcanzar una gran precisión en las planificaciones y los presupuestos operacionales: en los últimos diez años, el CICR ha logrado una tasa de implementación de su presupuesto proyectado que ronda, en promedio, el 90 %.
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El CICR procura obtener fondos de una gran variedad de fuentes a fin de establecer una base financiera sólida y preservar su independencia operacional. Además de mantener el apoyo recibido de nuestros donantes regulares, estamos trabajando para fortalecer nuestra interacción con países donantes nuevos y emergentes, con organismos que promueven el desarrollo y con ámbitos importantes del sector privado, en línea con la estrategia de movilización de recursos para el período 2020-2030.
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Los gastos del CICR son auditados por una empresa reconocida mundialmente que aplica rigurosos criterios de contabilidad aceptados a nivel internacional (NIIF, Normas Internacionales de Información Financiera). Hemos establecido un sistema de auditorías internas y externas mediante las cuales se controlan todos los procedimientos y cifras principales.
La evaluación de la auditoría externa se publica todos los años y se presenta a los donantes. El CICR publica los detalles de la financiación y de los gastos en su informe anual de actividad, en el que se consignan determinados indicadores esenciales que dan cuenta de las actividades realizadas en el terreno.
Por otra parte, el CICR siempre está dispuesto a recibir a los donantes que desean realizar sus propias auditorías, sea en la sede o en el terreno, como parte de la transparencia de nuestra organización frente a los donantes.
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Las Sociedades Nacionales contribuyen a las actividades del CICR de diversas maneras, por ejemplo, mediante el apoyo a nuestras iniciativas en materia de salud, la dotación de personal o la participación en actividades específicas en un país. El aporte del conjunto de las Sociedades Nacionales a la financiación de las actividades del CICR asciende a aproximadamente el 3 %.
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En una situación de emergencia, el tiempo es un factor esencial. La capacidad de movilizar y suministrar recursos en las primeras etapas de un conflicto puede cambiar sustancialmente la situación de las personas que necesitan asistencia. Por lo tanto, es fundamental que el CICR pueda tomar decisiones operacionales y financieras desde los primeros momentos de la respuesta. Para hacerlo, debemos poder prefinanciar las actividades, es decir, comprometer los recursos antes de que haya fondos explícitamente disponibles.
Para ello, utilizamos fondos especiales que no han sido asignados a un fin específico, lo que significa que no deben ser utilizados para una región, país o programa en particular. De este modo, podemos utilizar los fondos con la máxima flexibilidad. También empleamos otros fondos que hemos acumulado a lo largo de 30 años, que se conocen en el ámbito financiero como “reservas” o “fondos propios”.
Cuando se presentan necesidades urgentes, usamos esas reservas, que pueden servir para solventar las actividades del CICR durante unos pocos meses, hasta disponer de fondos de los donantes para esa situación de emergencia. Esa flexibilidad y la rapidez de la respuesta son los factores que permiten que el CICR realmente aporte una valiosa ayuda en el terreno. Además, las reservas no solo sirven para prefinanciar actividades operacionales, sino también para cubrir los posibles déficits que tal vez enfrentemos al cierre del ejercicio fiscal anual.
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El CICR acepta fondos únicamente de quienes respetan la independencia y la imparcialidad de su acción. Eso significa que las contribuciones siempre se emplean para responder a las necesidades humanitarias que constatamos en el terreno. En otras palabras, no aceptamos donativos con una afectación estricta a un uso específico que pudieran infringir los principios de independencia e imparcialidad. El CICR recibe con agrado el apoyo financiero de nuevos donantes.
Cabe señalar que las relaciones de la organización con los donantes no se limitan a las cuestiones financieras. También dialogamos con los Estados sobre temas tales como la protección de las personas afectadas por conflictos armados y otras situaciones de violencia y la implementación del derecho internacional humanitario.